11 DE SEPTIEMBRE: DIA DEL MAESTRO, DIA DE LA MAESTRA
Hacemos un poco de historia: Porqué homenajeamos a nuestros docentes?
Domingo
Faustino Sarmiento
(San Juan, 1811 - Asunción del Paraguay, 1888)
Político y escritor argentino, presidente de la República entre 1868 y 1874 y
autor de una copiosa producción periodística, pedagógica y literaria, entre la
que sobresale su novela Facundo
o Civilización y Barbarie (1845).
Su padre, José Clemente
Quiroga Sarmiento y Funes, era un soldado veterano de las guerras por la
independencia de Argentina, y su madre, que había perdido muy joven a su propio
padre, tuvo incluso que vender su vestuario y enseres para poder costearse una
casa propia. Hijo pues de una familia humilde, aunque vinculada a las casas más
tradicionales y representativas de la ciudad, el pequeño Faustino asistió desde
los cinco años a la recién creada Escuela de la Patria, en la que a lo largo de
nueve años recibiría su única educación sistemática.
En 1826, con solamente
quince años, Domingo Faustino Sarmiento creó su primera escuela en San Luis, en
San Francisco del Monte de Oro. Tenía como alumnos a jóvenes de su misma edad e
incluso mayores que el maestro; a todos ellos les contagiaría su insaciable
curiosidad, su afán de aprender y su pasión por los libros.
En 1831 emigro a Chile, en
donde trabajó como maestro, minero y empleado de comercio, En el año 1836
regreso a San Juan, su provincia, en la que fundó una sociedad literaria, un
colegio de señoritas y, en 1839, el periódico El Zonda.
En 1845 su prestigio
como pedagogo hizo que el entonces ministro y futuro presidente de Chile, le
encomendase la realización de estudios sobre los sistemas educativos de Estados
Unidos y Europa. Con tal fin viajó por numerosos países europeos y por los
Estados Unidos, y de regreso en Chile publicó Educación popular (1848), donde sostiene que la
educación primaria y las bibliotecas públicas son el remedio más eficaz para
combatir el atraso y la ignorancia.
Con su regreso en 1855 a
Buenos Aires se inició la etapa más gloriosa en su destino. Sarmiento se convirtió en editor en jefe del periódico El Nacional y desempeñó sus
primeros cargos políticos como concejal (1856) y senador provincial
(1857-1861). De hecho, a partir de 1860, la vida de Sarmiento está signada
sobre todo por su dedicación a la política activa. Ese año fue designado ministro
del gobierno presidido por Santiago Derqui (1860-1861); en 1862 fue electo
gobernador de San Juan, y en 1864 1868) ministro plenipotenciario en Estados
Unidos. Durante su permanencia en ese país, Domingo Faustino Sarmiento fue
elegido presidente de la República (1868-1874).
La contribución más
notable de su presidencia fue sin duda su obra educativa. No sólo creó escuelas
primarias, sino que auspició nuevos métodos de enseñanza, creó nuevos colegios
nacionales; inauguró la Escuela Normal de Paraná. Para Sarmiento, la educación
era la base de la democracia, y había que conseguir la cultura del pueblo a
cualquier precio. Entre 1868 y 1874, los subsidios para la educación del
gobierno central a las provincias se cuadruplicaron. Se fundaron hasta ochocientas
instituciones educativas, lo que permitió acoger a cien mil nuevos alumnos.
Sarmiento impulsó
asimismo la modernización general del país, promoviendo las obras públicas y
las infraestructuras, especialmente las destinadas al transporte (líneas
férreas, navegación fluvial, tranvías urbanos) y a las comunicaciones
(telégrafos y correos).
Retirado
posteriormente de la política, en 1888 se trasladó a Paraguay, en cuya capital
falleció.
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