¡Hola Familias!
Hoy les propongo trabajar el área de Educación Artística, más
específicamente la disciplina Artes visuales. En la sala estaba previsto
trabajar con los colores y sus mezclas, para conocer los colores primarios y de
ellos, los que derivan en colores secundarios.
Para ello, comenzamos con la lectura del fragmento: ¨Potes de Tempera¨.
Potes de temperas
Esa mañana y solo por un segundo, los chicos de la salita detuvieron
todo, las risas, las peleas, los caprichos, todo.
-Escuchen, escuchen –dijo la señorita.
-Queremos salir, queremos salir -se escuchó. Era un sonido tan chiquito como cada uno de los potes de témperas que la señorita preparó sobre las mesas.
Los chicos, que terminaban de acomodarse sus pintorcitos, se fueron acercando. Y en silencio se sentaron.
Queremos salir, queremos salir -repetían las témperas.
Entonces la señorita, ante la mirada atenta de los chicos, tomó un pincel como si fuera un micrófono y lentamente lo acercó al pote de la tempera roja.
-¡Yo quiero salir! quiero ser un tomate, una caperucita o...ya sé …un auto rojo de carrera… bruuuum …-pidió el pote.
Al escuchar esto, llenos de curiosidad, cada chico tomó su pincel y lo acercó a su pote.
A Tomy le tocó el verde que con firmeza le dijo:
-Yo quiero ser pasto, pero sin caballo porque siempre me muerde; no… mejor quiero ser un sapo, no… un dinosaurio si, si, si, pintemos un dinosaurio-
A Maité le tocó el pote de témpera de color azul, aunque ella hubiese preferido el rosa, también acercó su pincel y escuchó:
- Hagamos un príncipe -lo invitó la témpera.
El pote de color amarillo que le tocó a Juani estaba un poco fastidioso:
-Hoy no quiero ser sol -protestó- hoy tengo muchas ganas de ser un patito, dale Juani habla con Lara que tiene el celeste y pedile que pinte un poco de agua, así puedo ser un pato -suplicó.
Pero el que estaba realmente enojado era el pote de color blanco que le tocó a Pedro.
-Yo no quiero salir ¿Para qué? -se preguntaba - si yo pinto y ni se nota-refunfuñaba sin parar.
Al escuchar esto, la señorita buscó en el armario una hoja toda negra y se la dio a Pedro para que el color blanco se sienta a gusto.
Así, el color blanco fue una luna enorme, una nave espacial y un montón de estrellas.
Desde ese día los chicos del jardín y las témperas pintaron todos los días algo nuevo, único, distinto como cada niño.
-Escuchen, escuchen –dijo la señorita.
-Queremos salir, queremos salir -se escuchó. Era un sonido tan chiquito como cada uno de los potes de témperas que la señorita preparó sobre las mesas.
Los chicos, que terminaban de acomodarse sus pintorcitos, se fueron acercando. Y en silencio se sentaron.
Queremos salir, queremos salir -repetían las témperas.
Entonces la señorita, ante la mirada atenta de los chicos, tomó un pincel como si fuera un micrófono y lentamente lo acercó al pote de la tempera roja.
-¡Yo quiero salir! quiero ser un tomate, una caperucita o...ya sé …un auto rojo de carrera… bruuuum …-pidió el pote.
Al escuchar esto, llenos de curiosidad, cada chico tomó su pincel y lo acercó a su pote.
A Tomy le tocó el verde que con firmeza le dijo:
-Yo quiero ser pasto, pero sin caballo porque siempre me muerde; no… mejor quiero ser un sapo, no… un dinosaurio si, si, si, pintemos un dinosaurio-
A Maité le tocó el pote de témpera de color azul, aunque ella hubiese preferido el rosa, también acercó su pincel y escuchó:
- Hagamos un príncipe -lo invitó la témpera.
El pote de color amarillo que le tocó a Juani estaba un poco fastidioso:
-Hoy no quiero ser sol -protestó- hoy tengo muchas ganas de ser un patito, dale Juani habla con Lara que tiene el celeste y pedile que pinte un poco de agua, así puedo ser un pato -suplicó.
Pero el que estaba realmente enojado era el pote de color blanco que le tocó a Pedro.
-Yo no quiero salir ¿Para qué? -se preguntaba - si yo pinto y ni se nota-refunfuñaba sin parar.
Al escuchar esto, la señorita buscó en el armario una hoja toda negra y se la dio a Pedro para que el color blanco se sienta a gusto.
Así, el color blanco fue una luna enorme, una nave espacial y un montón de estrellas.
Desde ese día los chicos del jardín y las témperas pintaron todos los días algo nuevo, único, distinto como cada niño.
- Posibles preguntas a realizar
Después de leer el cuento a los niños y niñas se les podrá preguntar:
¿Qué colores tenían los potes del cuento? ¿Qué dibujos quería pintar cada uno? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Qué pintarías con ese color?
¿Qué colores tenían los potes del cuento? ¿Qué dibujos quería pintar cada uno? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Qué pintarías con ese color?
Seguidamente podremos ver el video de Pinta Maité, que les va a contar
en una canción lo que le gusta pintar.
Para finalizar, miramos el vídeo: “La forma del mundo-Los Colores (Cap.
3)"- de Pakapaka.
Para el registro:
Les ofreceremos a los niños y niñas un soporte: hoja amplia y
herramientas que tengan en casa: lápices, fibras, temperas, acuarelas. Permitir
la exploración libre de los mismos y las mezclas que deseen realizar. Si
quieren, en un costado de la hoja pueden registrar los comentarios que fueron
surgiendo.
Les solicito que las producciones realizadas las guarden en un sobre, carpeta o bolsa, ya que deberán traerlas al jardín para formar parte de la Carpeta de los niños/as.
Cariños para todos y un abrazo a la
distancia.
Cuidense! Seño Bren
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